domingo, septiembre 02, 2007

En tu recuerdo colorido

infante

recreo paisaje que no fue



ablando lágrimas de los sauces

si en musicales sollozos

hablan del viento el lenguaje




....................................................................................................y para tus pies, la hierba

















De la lluvia que no cae

te invoco hambre

que entre por tus ojos






y tejo a tus labios mandarinas y fresas




..................................................................mientras te espero

..................................................................temo aliento en ventanal lejano

..................................................................temo a las flores y a las canciones

..................................................................en jardines que no conozco.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El viejo sauce
en su provecta y vegetal sapiencia
se avecindó al margen del arroyo.

El árbol anhelante
proyecta sus ramas tristes
hacia la superficie limpia
del cuerpo de agua
que en su tránsito canta,
en intento infructuoso
de tocar el espejo
que lo refleja con fidelidad.

El joven arroyo,
en los límites de su generosidad,
le convida al sauce
suficiente sustancia
para que pueda sobrevivir.

Pero nada más puede hacer
ante las poderosas raíces.

Las lágrimas son un intento,
apenas exitoso,
por cerrar este ciclo elemental.

Claudia Isabel Palacios Trejo dijo...

ambos. Poesía frondosa que evoca manzanos y sauces ó peras.