lunes, noviembre 05, 2007

Neumonías

Su suerte era el ocaso
cuando soles bajaban y amarillos girasoles dormían nocturnos.

En el refugio de su piel escamada
se movía libre por la casa de las flores


A veces le invadía el recuerdo
que no la nostalgia
y ansioso apretaba con su cuerpo
algo que no podía ver
en el verdor amarillento del jardín palidecía
y era tierno azul en las aguas de la acequia


Terrible invierno golpeaba la tierra ese año
y en la casa de las flores
parecían los días y las noches la misma cosa blanca resplandeciente

Humeaban los hornos al alba
y por las tardes se teñían los rostros en carbón


La noche primera del año
era todo festín y sangre caliente goteando en el patio trasero
aves sacrificadas al hambre


Él contemplaba desde la ventana de una habitación que no era la suya.