martes, octubre 23, 2007

Participación

Si tú me entendieras... yo no tendría que entenderte.

miércoles, octubre 17, 2007

Después de un beso largo

tu cuerpo de sal
vacila en la mar arbolada.

Fusiles rectificados

Tenemos la satisfacción de constatar que algunas de las reformas postuladas por nos cerca de los poderes tanto militares como civiles, están siendo consideradas. Reclamábamos, verbi gratia, por razones que se han podido sopesar, la supresión del fusil en el ejercito. Con una solícita docilidad que no sabríamos elogiar como merece, el mando militar se ocupa hogaño de desproveerse, en beneficio de los civiles, de su armamento de fuego, al menos de aquel con el que es posible disparar alguna cosa o, si se quiere, con el que se puede disparar de modo provechoso sobre algo.

Reprochábamos al fusil de combate su inocuidad, a diversas causas debida: alcance que excede los límites de la visión; velocidad de determinados proyectiles; calibres tan reducidos que no resultan de ellos sino orificios sin importancia; incapacidad para producir humo, etc... Pues bien, en los fusiles ofrecidos a la ciudadanía por las autoridades castrenses en condiciones de excepcional baratura, una simple rectificación ingeniosamente ideada ha bastado para dar al traste con todas nuestras objeciones.

Por la simple supresión de las estrías del ánima, el alcance se reduce a una distancia razonable, que permite un tiro certero. Disparo que resulta al mismo tiempo dañino, pues gracias a tal alisamiento del cañón, de mayor calibre se dispone.

Inútil recordar que el proceso de rectificación sólo se ha aplicado a los fusiles del modelo Gras, pues fácil resulta constatar que en el fusil Lebel modelo "ochenta y seis" el mecanismo de repetición, si se cae en la imprudencia de maniobrarlo, se bloquea de manera continua, lo que tiene como consecuencia dejar el arma fuera de servicio de modo definitivo. Permitido creemos suponer que su inventor sólo proyectó tal mecanismo para hacer nuestro armamento inutilizable por el enemigo en caso de derrota.

Recordemos a los cándidos curiosos que no saben dónde procurarse cartuchos y fusiles Lebel: 1.°) que todos los buenos armeros venden los proyectiles de ese calibre con destino a revólveres especiales; y 2.°) que a falta del fusil Lebel, se encontrarán en los establecimientos de esos mismos comerciantes, ofrecidos a nuestro esclarecido patriotismo, todos los últimos modelos de fusiles de combate de otros países. Lo que nos permite suponer que, en el extranjero, se puede adquirir con facilidad, y en no menor abundancia, nuestro fusil de combate modelo "ochenta y seis".




P.S.- En el último minuto nos enteramos de que la avidez castrense sólo transformó sus fusiles en apetecibles con el fin de animar a los paisanos a adquirirlos, después de lo cual se dispone a requisarlos de forma arbitraria, enriqueciéndose así con el expolio de gran número de veces once francos, precio de cada Gras rectificado. Advirtamos, para concluir, que el rastreo de dichas armas por las casas particulares cae de lleno en los supuestos de la ley de violación de domicilio, y que todo individuo deseoso de comportarse como honesto ciudadano tiene permitido, e incluso recomendado, abrir fuego sobre cualquier desvalijador. Nos tenemos a la vista, a tal efecto, en nuestro modesto apartamento, unos trescientos fusiles rectificados.