Minuta de una tarde perdida
Y abrió sus ojos
cuando el puerto y las olas
se enredaban.
También abierto
su pecho al cielo.
Pican, pican. Méndigas pulgas mías luminosas.
Y abrió sus ojos
cuando el puerto y las olas
se enredaban.
También abierto
su pecho al cielo.
Dicen que lo dijo Hieródula Incrédula por ahí de las 16:44
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